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viernes, 22 de diciembre de 2017

21-D en Cataluña: cuatro conclusiones

El resultado de las elecciones catalanas ha vuelto a demostrar que la agenda nacional y la agenda social no son paralelas sino que se cruzan en perpendicular. Cuando aquella se plantea en regiones privilegiadas como Cataluña conduce a una emocionalización extrema, al bloqueo de los argumentos racionales, a la polarización en función de los míos y de los otros y al olvido de los de abajo. Todas las opciones progresistas han sido desgastadas del 21-D por la dinámica nacional provocando una concentración del voto en las opciones que mejor han sabido representar a “los nuestros” frente a los “otros”. Es la primera conclusión de las elecciones, algo sobre lo que llevamos advirtiendo desde hace  años: el juego nacional deglute la agenda social en poco tiempo y, una vez en marcha, es muy difícil parar su dinámica trituradora. Europa lo sabe muy bien.