El
capitalismo popular inmobiliario basado en el aumento irracional del precio de los bienes
inmuebles, es un intento de acomodar a los países del sur de
Europa al marco neoliberal definido por Maastricht precisamente porque dicho
marco hace imposible su desarrollo sobre bases productivas sostenibles. Su
colapso a partir de 2008 ha arrastrado todo un sistema económico, político,
institucional, todo un sistema de valores tras de sí, y que incluye la tolerancia
frente a la corrupción a cambio de poder saciar el hambre crónica de trabajo. A partir de mayo de 2010 se produce un quiebro en la opinión
pública provocado por la negativa alemana a darle una salida solidaria
a la crisis: las memorias de Rodríguez Zapatero son definitivas. Ese mismo mes, el colapso de las finanzas públicas griegas abre
la perspectiva de un desmembramiento de la Unión Europea. Pero la apoteósica
subida de Syriza en Grecia y el hundimiento de sus dos partidos principales
también abren la perspectiva de un cambio político profundo en el sur pilotado por la izquierda, de la creación de un eje de poder con capacidad de
imponerse a Merkel y a los grandes exportadores, que están convirtiendo el proyecto europeo
en una carrera a muerte de todos contra todos para salvar sus sistemas democráticos exportando desempleo al vecino.