(Publicado en El Viejo Topo, primavera 2008)
Hay consenso en la
izquierda sobre la necesidad de crear un nuevo modelo productivo que permita un
desarrollo económico centrado en la dignificación del trabajo y en la
sostenibilidad ambiental. Sin embargo, la izquierda alternativa no debe
conformarse con propuestas de contenido exclusivamente técnico-económico
insertadas en esquemas sectoriales tradicionales y dando por sentadas algunos
de las realidades creadas por el neoliberalismo (sectores potencialmente
competitivos en el futuro en sustitución de los presentes, número de puestos de
trabajo que pueden crear los sectores ambientalmente más sostenibles en el
actual contexto espacial y cultural etc.). Por el contrario, sus propuestas deben partir de una visión global de la sociedad, insertarse en una
propuesta de construcción de una economía
solidaria de toda la casa. Además debe poner encima de la mesa la cuestión del poder (qué clases y
sectores sociales son capaces de imponer o bloquear un nuevo orden productivo) y, en definitiva,
reflexionar sobre las alianzas necesarias
para configurar un bloque social con capacidad de llevar a cabo y defender las
alternativas propuestas.