Hacia finales de 2010 se hizo un llamamiento a la ciudadanía para que se agrupara en un espacio único y horizontal destinado a estructurar y estabilizar la oposición al neoliberalismo. Desde entonces han pasado muchas cosas pero el fraccionamiento de iniciativas y grupos, así como el desencuentro entre partidos antineoliberales, movimientos sociales y sindicatos sigue siendo demasiado grande. La experiencia de las Mesas de Convergencia podría ofrecer algunas respuestas.