SOCIALISTAS A LA IZQUIERDA: LA ALTERNATIVA SOCIALISTA
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doce puntos
1. Los socialistas y las socialistas opuestos al neoliberalismo nos hemos reunido este 14 de abril porque somos conscientes del dramatismo del momento en que vivimos. Hemos decidido manifestar abierta- y claramente nuestra posición porque consideramos que el capitalismo, la democracia española y el conjunto de las democracias de Europa se encuentran en una encrucijada. El intento de abordar la crisis del neoliberalismo radicalizando las políticas neoliberales está destruyendo los grandes pactos de la segunda postguerra mundial en Europa y de la transición española. Esto hace imposible una convivencia mínimamente civilizada y le abre la puerta a una involución política comparable a la que se dio a principios de los años 1930 en muchos países de Europa. Ya hay síntomas inequívocos de estas tendencias en muchos países del Continente.
2. La única forma de forzar una salida civilizada a la actual crisis del capitalismo es crear un espacio de convergencia entre sectores amplios de la ciudadanía opuestos al neoliberalismo. Hasta ahora, nuestra crítica de las políticas neoliberales desarrolladas por el PSOE, pretendían forzar un cambio desde dentro del Partido. Sin embargo hemos llegado a la conclusión, de que el PSOE sólo va a cambiar de referencia política estratégica si se produce una fuerte presión desde la izquierda. Esta presión sólo llegará a ser suficiente si una parte importante de los militantes del Partido de Pablo Iglesias, Jaime Vera y Juan Negrín así como de sus votantes participan, desde su ideario, su experiencia y su forma de ver el mundo, en la configuración de un amplio polo antineoliberal con capacidad de generar una nueva hegemonía al margen del neoliberalismo. Al hacerlo sabemos que no estamos solos. Formamos parte de un amplio movimiento que está recorriendo todo el socialismo europeo: desde el alemán al francés, desde el griego al belga. El objetivo común es vincular a una parte importante de la tradición socialista al eje de la izquierda alternativa y desvincularlo del eje neoliberal.
3. El peso político y electoral de los socialistas dentro de la izquierda hispana es decisivo y nuestra aportación a la configuración de dicho eje será determinante. Muchos ecologistas, feministas, sindicalistas, altermundialistas y ciudadanos partidarios de la justicia y del reparto, de una república plural y solidaria, de una civilización de hombres y mujeres libres e iguales se siguen considerando socialistas. Sin su aportación no será posible construir una alternativa viable al neoliberalismo en nuestro país. El 15-M abrió muchas esperanzas de regeneración democrática y la última huelga general demostró el poder que puede desplegar el movimietno obrero organizado cuando se une al movimiento ciudadano en una misma lucha. Ahora toca reforzar esta convergencia e incorporar a la misma los diferentes espacios de la izquierda política antineoliberal. Nuesto objetivo es contribuir a ello con todo nuestro potencial y con todas nuestras fuerzas.
4. La crisis se ha convertido en una estafa contra las clases medias, obreras y populares. La transferencia de rentas desde estos sectores a las oligarquías financieras con el fin de salvar sus intereses económicos y su poder social no va a permitir salir de ella de forma socialmente justa y políticamente democrática. El intento de conseguir la confianza de los mercados financieros por medio de políticas de ajuste no va traer la solución en ningún caso. El socialliberalismo siempre ha dado prioridad a la renta financiera e inmobiliaria frente al trabajo y la actividad productiva. Para ello ha establecido grandes coaliciones con el centro-derecha, la última de ellas para reformar la constitución de 1978 y sin abrir ni tan siquiera un proceso de discusión pública. Hay diferencias profundas entre el PSOE y el Partido Popular, representan dos corrientes ideológicas, históricas y morales muy distintas. Sin embargo en los temas centrales de política económica ambos partidos han venido practicando políticas neoliberales coincidentes más allá de la retórica y de las coyunturas electorales.
5. Estamos convencidos de que no hay ninguna posibilidad de desarrollar políticas sostenibles de redistribución y de justicia social si no se asientan sobre una base económica sólida. Esta base económica no podrán ser nunca los mercados financieros, ni tampoco la simple distribución de la renta. Tiene que basarse en una sociedad laboralmente saneada compuesta por ciudadanos con empleos dignos que pagan impuestos dependiendo de su nivel de renta y, en menor medida, de su consumo. Desde 1982 el desempleo no ha bajado nunca del 8% en España. Esto ha dejado en manos de la renta financiera e inmobiliaria y en parte también en las transferencias de la Unión Europa, la financiación del Estado del Bienestar español. Esta dinámica ha servido para crear un sistema sanitario y educativo público de una calidad aceptable, sobre todo si tenemos en cuenta el lugar de donde veníamos. Sin embargo, financiado de esta forma, se hace insostenible a largo plazo. Ha llegado el momento de romper con los mercados financieros y recontruir una sociedad del trabajo con capacidad de generar bienestar colectivo. Es imposible lograrlo si no se interviene decididamente en la lógica del beneficio privado y sin redefinir los fundamentos económicos del país. Ha llegado el momento de abordar la reconversión de su sistema productivo y empresarial haciendo uso de las altas cualificaciones y de la extraordinaria creatividad de los hombres y mujeres que viven en él. Es necesario hacerlo impulsando un tejido productivo social- y ambientalmente sostenible.
6. La Unión Europea basada en el proyecto de integración monetaria de los Tratados de Maastricht y de Lisboa se ha convertido en parte del problema. Está al servicio de los grandes exportadores, preferentemente alemanes, y bloquea toda posibilidad de que el resto de Europa genere una base productiva propia y sostenible con capacidad de reducir los déficits comerciales y por cuenta corriente que a su vez permitan reducir la dependencia de los mercados financieros. Constatamos con tristeza que los partidos socialdemocrátas alemán, italiano, español y también francés han contribuido activamente en la construcción de esta Europa financiarizada, políticamente insostenible y asentada en la competencia antes que en la solidaridad entre pueblos y países. La reforma exprés de la Constitución de 1978 es una consecuencia de las políticas neoliberales impuesta por el eje Berlín-París. Esta política funciona como un corsé para nuestro desarrollo económico y social. Su único objetivo es que los bancos europeos recuperen la mayor parte de la deuda, en definitiva, que las oligarquías financieras, que han provocado la crisis económica, no pierdan sus inversiones especulativas. Este proyecto no está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas europe@s y nosotros nos oponemos radicalmente a él. Por otro lado suscribimos las propuestas del Partido de la Izquierda Europea que propone convertir la Unión Europea en un espacio de transferencia de recursos e inversiones destinados a equilibrar las balanzas comerciales. Este proyecto le concede a todos los países un espacio para su propio desarrollo endógeno en el marco de una Unión Europea justa, sostenible y solidaria.
7. La Izquierda alternativa hispana, es decir, aquella dispuesta a enfrentarse a los grandes poderes económicos y financieros, sigue dividida. En ella conviven partidos y sensibilidades importantes con otros más pequeños. Los primeros siguen teniendo una fuerte voluntad de hegemonismo individual y los segundos se muestran incapaces de incorporarse a un bloque unitario basado en un programa mínimo antineoliberal. La cultura que domina estos espacios se basa en la incomunicación, en la competencia por hacerse con recursos institucionales y económicos escasos y también en el intento de imponerse frente al otro. Consideramos que esto no puede seguir así, sobre todo teniendo en cuenta la gravedad de la situación. Es urgente poner en común un programa antineoliberal de mínimos, movilizar todo el potencial de las diferentes organizaciones y tradiciones políticas, de cambiar la cultura y la forma de trato entre los diferentes grupos y sectores, así como de constuir organizaciones democráticas y porosas en las que pueda participar un número cada vez más grande de ciudadanos dispuestos a luchar por una nueva civilización.
8. Izquierda Unida y su partido hegemónico el PCE, han conseguido mejorar su apoyo electoral en las últimas elecciones estatales y autonómicas. Todos nos congratulamos de este hecho pues ambos espacios políticos, que hoy por hoy se solapan en buena medida, son piezas decisivas para la conformación de un polo antineoliberal. Sin embargo también se han evidenciado algunas limitaciones importantes. En primer lugar las elecciones andaluzas demuestran que aún no existe una articulación clara y estratégica entre IU y los movimientos sociales. En segundo lugar IU ha mostrado tener un techo electoral que está muy lejos de sobrepasar el 10% a nivel estatal. Este es un dato preocupante si tenemos en cuenta la extrema gravedad de la crisis que estamos viviendo así como el fuerte desgaste político del PSOE. En tercer lugar IU no ha sido capaz de captar una parte importante del voto procedente de los profesionales y los funcionarios urbanos que han optado por UPyD. En algunas comunidades autónomas como Madrid este partido ha cosechado más votos que IU y en otras roza el 5% de las preferencias electorales. Este partido tiene una notable indefinición ideológica pero es evidente que no apoyaría hoy por hoy una apuesta antineoliberal. En cuarto lugar cientos de miles de votantes socialistas se han abstenido en las última elecciones generales, sobre todo en Cataluña y en el País Vasco. En Cataluña dicha abstención, que no suele ser frecuente en comiciones estatales, ha sido decivisa pues ha creado un refuerzo del nacionalismo conservador que hoy está encabezando las políticas neoliberales más agresivas del Estado. En Andalucía la abstención se ha repartido más entre los votantes del PSOE y los votantes del PP dándole un respiro a la izquierda alternativa. Sin embargo los 120.000 votos que ha ganado IU con respecto a las anteriores elecciones autonómicas son del todo insuficientes para provocar el cambio que requieren los tiempos. El potencial de la izquierda alternativa en Andalucía son esos 120.000 votos más la suma de los 60.000 votos que ha perdido el PSOE más una parte importante de los 2,4 millones de votos que han ido a la abstención. Situaciones comparables se dan en el conjunto del Estado. Ni Izquierda Unida ni ninguna otra formación de la izquierda alternativa tiene capacidad de ganar, hoy por hoy, a esta parte de la población para un polo antineoliberal. Esta es justamente el objetivo que nos hemos marcado los Socialistas a la Izquierda.
9. Para poder atraer a sectores considerablemente más amplios de la ciudadanía hacia un polo antineoliberal es necesario definir una estrategia inteligente y realista, es decir, que se adapte a la diversidad política, cultural y sociológica del país. Para ello es necesario explorar políticamente y uno por uno, los espacios de vida y de trabajo de la ciudadanía. No es realista en este contexto aspirar a generar una hegemonía individual impulsada por una u otra organización o tradición de la izquierda alternativa. Por el contrario es necesario crear las condiciones políticas y organizativas para la construcción colectiva de una hegemonía antineoliberal.
10. El formato que, a nuestro entender, se adapta mejor a esta situación es el de un Frente de Izquierdas similar al que se da en Francia. Este espacio tiene, en un primer momento, un objetivo electoral destinado a evitar la dispersión del voto antineoliberal. Pero debe y puede ser mucho más. En primer lugar debe ser un espacio abierto y flexible que facilita la incorporación de diversas organizaciones, plataformas, corrientes e individuos identificados con un programa antineoliberal. Esto no obliga a realizar grandes cambios en el interior de los partidos que lo integran pero sí obliga a un debate permanente y cada vez más estratégico entre varias sensibilidades de la izquierda alternativa y además facilita la acción común. Permite abordar productivamente el problema de la división sindical y facilita la conexión entre la lucha institucional de la izquierda antineoliberal y los movimientos ciudadanos. Para asegurar que el Frente de Izquierdas refleje la pluralidad de la izquierda alternativa es importante que a él se incorpore el máximo número de actores, organizados o no.
11. Nuestros objetivos inmediatos son:
Primero: identificarnos mútuamente, organizarnos, comunicarnos y convertirnos en una corriente o incluso en un partido con estatutos independientes y una base programática propia;
Segundo: hacer un llamamiento a todos los socialistas, organizados o no, a que se incorporen a nuestro proyecto;
Tercero: dirigirnos a los demás partidos, actores y corrientes dispuestos a suscribir un programa antineoliberal común proponiéndoles la creación de un Frente de Izquierdas con este o con otro nombre;
Cuarto: fomentar el acercamiento estratégico entre los movimientos ciudadanos, los partidos antineoliberales y los sindicatos de clase sobre la base del respeto mútuo, de la horizontalidad y del reconocimiento de la autonomía de todas las partes;
Quinto: participar de forma organizada en las movilizaciones contra las políticas neoliberales organizadas por los sindicatos de clase y por los movimientos ciudadanos;
11. Somos conscientes de que todo esto requiere de un considerable esfuerzo, de una gran paciencia y de no menos inteligencia. Sin embargo conocemos nuestras capacidades y nuestra experiencia. Nuestros compañeros europeos de la izquierda socialista miran con simpatía este proceso y están dispuestos a apoyarnos. Los acontecimientos puede precipitarse en poco tiempo. Es absolutamente necesario que los socialistas participen activamente en la conformación de un polo antineoliberal en España.
Madrid 14 de abril de 2012
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