¿Ya se conoce la fecha en la que la nueva Embajadora de EEUU Lynne Tracy hará la entrega de las copias de las cartas credenciales? ¿Se ha previsto algún tipo de contacto con la diplomático de alto rango?
Serguéi Riabkov: Cualquier Embajador que acude a su destino después de un cierto período, para hacerse al lugar y proceder a la solución de problemas prioritarios relacionados con su posterior misión, hace la entrega de las copias de las cartas credenciales al Ministerio de Exteriores del país de estancia. Es el acto que le permite empezar a desempeñar sus funciones laborales. Este procedimiento fue acordado con la Embajadora Tracy, el evento tendrá lugar a principios de esta semana. Se prevé que seré yo quien recibirá de la Embajadora Tracy las copias de las cartas credenciales.
¿Cuál es, de acuerdo con Rusia, el tope del personal de una Embajada, tema abordado durante la reunión celebrada en pasado mes de diciembre en Estambul con los representantes de EEUU? ¿Se está preparando en la actualidad una nueva reunión? De ser así, ¿dónde y en qué fechas se celebrará? ¿O es que, dadas las recientes declaraciones y pasos de la Casa Blanca, el diálogo sobre el particular fue interrumpido?
Serguéi Riabkov: Si hablamos de las consultas sobre temas espinosos mantenidas en pasado diciembre en Estambul por los representantes del Ministerio de Exteriores ruso y del Departamento de Estado de EEUU, el tema del número de empleados de las misiones diplomáticas no fue abordado. En la esfera de las relaciones bilaterales se han acumulado muchos problemas. El origen de los mismos, como puede entender, está en la línea política aplicada por Washington con respecto a Rusia. Para ser más exactos, en la confrontación diplomática desatada por el Presidente Barack Obama durante su mandato. Fue acompañada, entre otros pasos, por la ocupación de 6 bienes inmuebles que le pertenecían en calidad de propiedad diplomática a Rusia, así como por expulsiones masivas de diplomáticos rusos. Naturalmente, aplicamos medidas de respuesta, guiándonos por el principio de la reciprocidad. EEUU se lo tomó con mucha sensibilidad y procedió enseguida a quejarse de la falta de personal, sin hacer mención alguna a que la cuota de la Embajada de EEUU en Moscú que desde entonces y hasta ahora equivale a 455 empleados no está cubierta siquiera en un 30%.
En cuanto a la próxima ronda de las consultas ruso-estadounidenses, a día de hoy no se han precisado ni las fechas ni el lugar de su celebración. En general consideramos que es un evento útil para poder aclarar las posturas de las partes. No parece existir ninguna otra forma de empezar a solucionar el montón de problemas cuyo arreglo se encuentra en un punto muerto. En la actualidad nos estamos dedicando a la rutinaria labor que consiste en preparar una nueva reunión. Esperamos que el método de los pasos pequeños nos permitirá finalmente alcanzar desenlaces aprobados por ambas partes en cuanto a los más relevantes aspectos de la agenda bilateral.
Me gustaría aportar otra explicación a lo que acabo de decir: como se desprende de la composición real de la misión diplomática estadounidense en la Federación de Rusia y, por consiguiente, de nuestras misiones diplomáticas en EEUU, incluso en el marco de la mencionada cuota, queda un gran número de plazas vacantes. Para ser exactos, no son vacantes, sino posibilidades de incrementar la plantilla. Si EEUU no lo hace, tendrá sus motivos que ni siquiera tenemos la intención de aclarar. De modo que no creemos justificado el propio planteamiento de que deberíamos ahora lanzar algún mecanismo de consultas o una negociación para establecer otras cuotas a otros niveles o algo por el estilo. Si la parte estadounidense formula tal iniciativa, la someteremos a consideración. Ello no quiere decir que aceptemos. En general la situación es bastante complicada y tiene su historia, por lo cual el diálogo sobre el particular es en general importante y lo seguiremos manteniendo.
¿No complicará la decisión de EEUU en enviar un batallón acorazado a Ucrania las negociaciones sobre asuntos relativos a la agenda bilateral?
Serguéi Riabkov: Sin lugar a dudas, es un paso extremadamente destructivo, un intento de provocar una escalada en Ucrania. Paradójicamente, autoridades estadounidenses aseguran que el envío a Ucrania de más denominaciones de armamentos modernos, incluidos los sistemas pesados, no representan ninguna escalada. Últimamente en las declaraciones de los representantes de EEUU y de la OTAN abundan citas literales de las obras de George Orwell: “La guerra es la paz”, son literalmente las palabras pronunciadas desde las altas tribunas y los importantes despachos occidentales. Miren lo que están diciendo. Ahora también, después de la decisión de enviar una cantidad considerable de los Adams, se procede a asegurar que no es ninguna escalada. Están negando lo evidente. EEUU optó por dar este paso, para volver a lograr que cuadren ante Washington las filas de la OTAN. Todo eso se está llevando a cabo ante la comunidad internacional que, según tengo entendido, se está volviendo cada vez más preocupada por el derrotero por el que está empujando al mundo este grupo de políticos, quizás, que no deberían llamarse así, irresponsables, cuando no locos.
Volviendo al tema de las relaciones bilaterales con EEUU. ¿Se han recibido durante esta última semana desde Washington algunas señales de celebrar la reunión de la Comisión para el Nuevo START? ¿Es posible que haya algún progreso en la organización de tal reunión tras la llegada de la nueva Embajadora de EEUU?
Serguéi Riabkov: Hemos de señalar que EEUU en este tema, tal y como suele obrar, se centra únicamente en los asuntos que considera prioritarios. En este caso sería su exigencia de reanudar cuanto antes las inspecciones efectuadas en el marco del Tratado START. Realmente, con ello vinculó la parte estadounidense la celebración de las reuniones de la Comisión bilateral de consultas formada en el marco del Tratado. En condiciones de haber pasado “las fuerzas unidas de Occidente” de una guerra híbrida contra Rusia a una guerra casi real contra Rusia, es algo objetivamente imposible. El diálogo sobre la seguridad estratégica y el control de armamentos no fue cesado por nosotros, sino por EEUU y sus allegados, al rechazar nuestras propuestas sobre garantías de la seguridad presentadas oficialmente en diciembre de 2021 y al apostar por la derrota estratégica de Rusia. La Federación de Rusia, si embargo, sigue confirmando su adhesión al Tratado Nuevo START.
Estamos observando de buena voluntad y plenamente todas las limitaciones de cantidad y calidad que prevé el documento en cuestión, continuamos manteniendo el previsto intercambio de información que nos garantiza el necesario nivel de transparencia y predictibilidad en la esfera estratégica. Al mismo tiempo, nadie ha suprimido el principio de rebus sic stantibus, es decir, “si las condiciones continúan siendo iguales” que indica lo importante que es tener en cuenta la invariabilidad de las circunstancias, en las que se produjo la firma de tal o cual acuerdo. Recordemos que, en función del preámbulo al Tratado que EEUU firmó, procedo a citar: “está trabajando en el refuerzo de unas nuevas relaciones estratégicas basadas en la confianza mutua, la transparencia, la predictibilidad y la cooperación”, así como, procedo a citar: “se guían por el principio de una seguridad indivisible”.
Son unos importantes postulados, siendo el preámbulo de un Tratado no menos relevante que los Artículos operativos. Los postulados que acabo de citar están siendo violados de la más burda y cínica manera por la actuación estadounidense encaminada a resolver el llamado “asunto ruso” vía disuasión frontal y agresiva que está rozando el enfrentamiento directo entre EEUU y la OTAN, por una parte, y Rusia, por la otra. Viene encaminada a destruir nuestro código histórico y cultural. Washington ha de darse cuenta de que, sin renunciar a la actual política y sin estar dispuesta a llegar a un acuerdo en base al respeto mutuo y el respeto de los intereses nacionales, no podrá haber interacción normal entre Estados en ninguna esfera, incluida la de la seguridad estratégica.
Dijo hace poco que el abandono por Washington del Tratado Nuevo START era de lamentar enormemente, pero que Moscú no le retendría a EEUU por fuerza. ¿Significa eso que Rusia en general ya está considerando el guion de que a partir de 2026 entre las dos partes de habrá ningún Tratado firmado en la esfera de control de armamentos?
Serguéi Riabkov: Es un guion bastante posible. Por desgracia, a lo largo de los últimos años fuimos presenciando por parte de Washington un desmantelamiento bastante deliberado, si suponemos que es el principal interés de EEUU y lo demás puede pasarse por alto, de los más importantes eslabones y elementos de toda la estructura de control de armamentos. Algunos eran también de carácter multilateral, no solo bilaterales, como es el caso de la Federación de Rusia y EEUU. El Tratado Nuevo START podría caer perfectamente víctima de esta línea política. Estamos preparados para este desarrollo de los acontecimientos. Estamos haciendo pronósticos, también desde el punto de vista de las consecuencias que tendría para las garantías de nuestra seguridad. No ocultamos que no es una nuestra elección y que lo mejor habría sido seguir otro camino, es decir, el de la reanudación de los debates en torno a la estabilidad estratégica y del trabajo en un nuevo nivel de seguridad, en el que se tengan en cuenta todos los factores que influyen en la misma.
¿Resulta entonces que las partes se encuentran en un atolladero? Cuesta creer que Washington cambie de postura con respecto a Rusia y Ucrania y lance la señal de haber cambiado su actitud hacia el principio que, como ha dicho, representa una infracción suya del Nuevo START.
Serguéi Riabkov: Tiene razón en que la situación se encuentra en un atolladero, casi en todos los campos del diálogo ruso-estadounidense. A este atolladero las relaciones bilaterales fueron conducidas por la política antirrusa que fue aplicando EEUU y que se fue volviendo más severa en el transcurso de los últimos cinco años. Sin embargo, en cuanto al principio que he citado en mi comentario y que acaba de mencionar, es aplicable a un cambio drástico de las circunstancias que existieron en el momento de la firma del Tratado. He citado el principio en cuestión, explicando, por qué consideramos que sería imposible cumplir la exigencia estadounidense, reanudando con urgencia las inspecciones y recuperando otros elementos de la interacción, como si nada estuviera pasando. Es imposible. No será posible elevar como una mampara a prueba de todo entre estas dos cosas. Toda la situación en la esfera de la seguridad, incluido el control de armamentos, se volvieron rehenes de la política estadounidense encaminada a asestarle una derrota estratégica a Rusia. Nos enfrentaremos a ello con suma determinación, recurriendo a todos los métodos y recursos disponibles.
¿Le ha ofrecido Rusia a EEUU un canje de prisioneros del modelo “todos por todos”? ¿O no sería un intercambio paritario, dado el número de ciudadanos rusos que se encuentran en los centros penitenciarios estadounidenses? ¿Existen datos exactos con respecto al número de prisioneros por ambos lados? ¿Se siguen negociando futuros canjes?
Serguéi Riabkov : El canje de prisioneros es un asunto extremadamente delicado que afecta directamente a la vida de la gente. Toda está claro, si estamos hablando de personas detenidas y retenidas, debido a unos actos muy concretos, como, por ejemplo, cargos de espionaje, tráfico de drogas o, si hablamos de nuestros ciudadanos en EEUU, por motivos políticos o cargos derivados de causas penales falsificadas. Dada esta circunstancia, apenas se podría aplicar realmente la fórmula de “todos por todos”. Además, por desgracia, no disponemos de datos exactos sobre todos los ciudadanos rusos que se encuentran en los centros penitenciarios de EEUU. El Departamento de Estado de manera sistémica deja sin atención las solicitudes de información por parte de la Embajada rusa en Washington. Al mismo tiempo, de acuerdo con los datos que tenemos a nuestra disposición, en los centros penitenciarios estadounidenses está cumpliendo su condena un número de ciudadanos rusos cerca de 10 veces superior al número de ciudadanos estadounidenses que se encuentran en los centros penitenciarios rusos. Seré directo: un tema tal altamente delicado como el canje de prisioneros no es amigo del bullicio informativo, no es recomendable incluirlo en el espacio público, puesto que resultados reales en este caso se alcanzan con menos frecuencia. Contamos con un canal de comunicación confidencial con la parte estadounidense y probó su eficacia durante el canje de Konstantín Yaroshenko por Trevor Reed y de Víctor Bout por Brittney Griner.
¿Y las negociaciones sobre el canje de prisioneros con EEUU se seguirán manteniendo?
Serguéi Riabkov: Indudablemente, se hará por el canal especial que existe.
¿Se está abordando por dicho canal la posibilidad del canje de los estadounidenses que fueron tomados prisioneros en Ucrania? ¿Hay alguna posibilidad de que sean canjeados por ciudadanos rusos que se encuentran en los centros penitenciarios de EEUU? ¿Tienen, siendo mercenarios, estatus de prisioneros de guerra? ¿Podrían tenerlo, dada su condición?
Serguéi Riabkov: Si hablamos de los estadounidenses que fueron declarados desaparecidos en el territorio ucraniano, la información Washington debería solicitársela directamente a Kiev. Las autoridades rusas no se responsabilizan por la seguridad de los ciudadanos estadounidenses que se encuentran en otros países y, por supuesto, no están pendientes de su localización. Si hablamos de los estadounidenses que salieron con destino a Ucrania en calidad de mercenarios o instructores, participando de hecho en la comisión de crímenes contra los militares rusos y los civiles, lo mejor que podría hacer esta gente es volver a casa cuanto antes, si quiere conservar su vida y su salud.
¿Podrían darse este año, dado cierto estancamiento en las acciones bélicas en Ucrania, las condiciones para unas negociaciones de paz, en las que participe EEUU?
Serguéi Riabkov: Nuestra postura al respecto es bien conocida y creo que Washington también está al tanto de ella. Estamos dispuestos a estudiar cualquier iniciativa seria en cuanto al arreglo de la crisis ucraniana, pero de momento nadie ha formulado ninguna valiosa. No hemos rechazado las negociaciones en ninguna de las etapas y lo demostramos en marzo de 2022 en Minsk y en Estambul. Sin embargo, Kiev por iniciativa de sus patronos occidentales rechazó los acuerdos que estaban casi elaborados ya y procedió a declarar en público su falta de deseo de continuar con el diálogo, formulando condiciones de entrada imposibles de cumplir. En septiembre del año pasado Vladímir Zelenski por un Decreto prohibió cualquier negociación con Rusia. En las condiciones actuales, tras anunciar Washington el envío de tanques y ponerse a competir sus vasallos, Ottawa incluida, en quién y cuántos vehículos blindados viejos enviará a Ucrania, carece de sentido hablar tanto con los nazis ucranianos como con sus patronos. Muchos de ellos, de puro ignorantes, parecen personajes caricaturescos. Después de haberse sincerado con el público la ex Canciller de Alemania, Ángela Merkel, el ex Presidente de Francia, Francois Hollade y el ex Primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, las escasas ilusiones sobre la mediación de los países occidentales en lo tocante a los Acuerdos de Minsk y al Cuarteto de Normandía, se desvanecieron sin dejar rastro. Es evidente también que EEUU no es sólo la parte que orquesta la crisis ucraniana, sino la parte que más se beneficia con ella. Entre otros aspectos, Ucrania es percibida como un polígono de pruebas para los armamentos estadounidenses, donde son rodados diferentes sistemas, incluidos los más avanzados y de largo alcance, y su uso contra armas rusas en condiciones reales. Al mismo tiempo, al hacerse con los vehículos de combate de sus aliados y enviarlos a la “reutilización”, Washington cuenta con imponerles a los europeos contratos de suministros de armas por miles de millones de dólares. Es un juego así de cínico que acabará mal para quienes están tan inmersos en él. Estamos convencidos de ello.
¿Qué opina Moscú de un artículo firmado por la ex Secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, y por el ex Secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates publicado por Washington Post? Se indica en el mismo que Rusia no puede cederle a Ucrania los territorios reintegrados durante la operación militar especial e intentará retenerlos para convertirlos en el futuro en “espacios fortificados” para un ataque contra Occidente.
Serguéi Riabkov: Por muy triste que sea, el nivel de los analistas estadounidenses especializados en Rusia cayó dramáticamente durante la última década. De haber sido diferente, la política de Washington con respecto a nuestro país habría sido mucho más razonable y apropiada. Hicimos numerosas declaraciones y las confirmamos con nuestra actuación. No necesitamos nada de los países occidentales. Queremos que se nos deje en paz. La OTAN, sin embargo, con una insistencia maníaca, digna de mejor aplicación, no dejaba de acercarse a rastras a las fronteras rusas, convirtiendo al mismo tiempo con sus historias de miedo antirrusas en zombies a los habitantes de los países vecinos. En muchas ocasiones dimos a entender, por las buenas y por las no tan buenas, que no había que hacerlo, que ya vendrían las consecuencias. No renunciaremos a nuestros intereses legítimos en la esfera de la seguridad ni dejaremos que se le ofenda a la gente rusa. Los estadounidenses no escuchaban nuestras advertencias y no las tomaban en serio. Seguían azuzando a Kiev contra Rusia. De ahí que nos hayamos visto obligados a iniciar la operación militar especial. Simplemente no nos quedaban otras opciones.
¿Se está preparando una nueva reunión con el Director General del OIEA, Rafael Grossi, con respecto a la central nuclear de Zaporozhie? ¿Podrían las declaraciones del Director de la Agencia de Energía Atómica de Ucrania y de las autoridades de Kiev que insisten que “no sería realista intentar crear una zona de protección” echar por tierra los esfuerzos conjuntos que se están aplicando? ¿En qué estado de elaboración se encuentra el acuerdo sobre la creación de una zona de protección en torno a la central nuclear de Zaporozhie?
Serguéi Riabkov: Seguimos manteniendo las consultas con la Secretaria del OIEA sobre la creación de una zona de protección física y nuclear para la explotación de la central nuclear de Zaporozhie. Nuestro objetivo es hacer todo lo posible para prevenir los ataques a la misma por parte de los ucranianos y evitar una catástrofe tecnológica de secuelas impredecibles. Mientras estas consultas con el OIEA se están manteniendo, sería incorrecto revelar en el espacio público los posibles parámetros de la protección de la central. El proceso de las negociaciones no es sencillo. Le hicimos llegar al Director General del Organismo señor Grossi nuestras propuestas. De momento Kiev no parece haber ofrecido una respuesta coherente a la iniciativa formulada por el Jefe del OIEA. Todo parece indicar que está intentando ganar más tiempo. Ucrania en más de una ocasión atacó la central nuclear de Zaporozhie, causando daños a las instalaciones de la misma y demostrando de esta manera una completa negligencia con respecto a los posibles riesgos relacionados con la falta de seguridad en las instalaciones nucleares. Da la sensación que Kiev está usado la central para chantaje nuclear. Todo ello vuelve a poner de manifiesto que a las autoridades ucranianas no hay que les contenga. A juzgar por todo, el apoyo de sus patrocinadores le hizo creer a Kiev que siempre va a salir impune de todos los crímenes cometidos.
¿Realmente ha propuesto el OIEA sacar fuera del territorio de la central a los efectivos de la Guardia Rusa que la están vigilando? ¿Está Rusia de acuerdo y quién se encargará en este caso de garantizar la seguridad de las instalaciones?
Serguéi Riabkov: La propuesta de sacar fuera del territorio de la central las unidades de la Guardia Rusa fue formulada en realidad por algunos representantes de la parte ucraniana y de los países occidentales que apoyan el régimen kievita. La central está situada en el territorio ruso. De acuerdo con nuestra legislación, unidades de la Guardia Rusa se encargan de vigilar todas las instalaciones nucleares rusas, incluida la central nuclear de Zaporozhie. Ni la Secretaría del OIEA ni los países miembros del Organismo tienen derecho de intervenir en la forma de la que es garantizada la seguridad de una central nuclear de un Estado, el mandato del Organismo no lo prevé. La Secretaría en este caso se atiene estrictamente a sus potestades, por lo cual no formuló ninguna propuesta al respecto. En cuanto a los contactos con Grossi, se mantienen con regularidad a través de nuestra Representación permanente en Viena. La llegada del Director General del OIEA a Rusia será bastante probable, al necesitarse coordinación adicional para nuestra interacción.
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