En 2009, cuando ya era más que visible la necesidad de refundar la izquierda en todos sus frentes escribí
Dentro de las organizaciones de la izquierda se va implantando un miedo al cambio por temor a su efecto desestabilizador mientras, poco a poco, se van acumulando las contradicciones sociales en un escenario general de apatía ciudadana que sólo se rompe en momentos puntuales como las movilizaciones contra las mentiras bélicas del Partido Popular. El capitalismo inmobiliario ha sido una poderosa máquina creadora de estas culturas. La idea del salto consiste en romper con ellas, con el gradualismo pasivo, las convenciones, las reglas de juego y los terrenos ideológicos que lo legitiman como la única forma de cultura política posible. Incluye la modificación de los hábitos y de los consensos formales e informales que han venido desincentivando la acción de la ciudadanía y encerrando a la izquierda en un callejón sin salida mientas algunos cuadros políticos se sientan cómodamente a esperar el momento de jubilarse" (Izquierda y Republicanismo: el salto a la refundación. Madrid, Akal 2010, p. 428s.)